SU ESTILO DE VIDA


Las pandillas juveniles tienen un efecto sobre la violencia juvenil debido a su estilo de vida general y que las expectativas de los miembros pueden conducir a una violencia juvenil incrementada. Los miembros de la pandilla, por la naturaleza de sus afiliaciones, entienden que cometer actos de violencia viene de la mano con la membresía. De acuerdo con un reporte de 1999 del Departamento de Justicia de Estados Unidos, la violencia dentro de las pandillas se puede considerar "como un medio de vida"; se le pide a los miembros muchas veces cometer ciertos actos violentos durante su iniciación en la pandilla y se les puede pedir cometer otros más para permanecer dentro de ella. Los miembros de las pandillas también pueden encontrar violencia en otras pandillas y se les puede requerir responder con más violencia. También, la violencia y la actividad violenta es "integral" al estatus de los miembros, en donde los miembros más violentos pueden ser acreditados con un rango mayor y mayores cantidades de respeto de parte de los otros miembros o incluso de las pandillas rivales.





Las pandillas juveniles modernas y la frecuentemente omnipotente presencia de las drogas pueden conducir a una actividad violenta entre los jóvenes que las usan o las venden. La amplia presencia de las drogas dentro y desde las pandillas, presenta a los jóvenes la oportunidad de experimentar con ellas. Los efectos de drogas como el alcohol, las metanfetaminas o la cocaína en crack en ocasiones induce a un comportamiento violento. Los jóvenes que abusan de las drogas pueden comenzar con actividades violentas para poder mantener sus adicciones. También, los jóvenes que participan en la actividad de las pandillas y el tráfico de drogas pueden encontrar violencia en las pandillas rivales ya que pueden tener conflicto por los territorios de venta de drogas. Esta violencia entre las pandillas es conocida como "guerras territoriales" y se considera una violencia sistémica en donde la actividad violenta de algunas pandillas surge del deseo de proteger o expandir su mercado de drogas.





Como en el caso de las drogas, la presencia y el acceso a las armas a lo largo de las pandillas juveniles puede escalar los efectos de la violencia juvenil y dar como resultado una mayor magnitud de violencia. A lo largo de la última mitad del siglo las pandillas se han equipado con armas más letales, pasando por el puño de acero en el pasado hasta las armas y la artillería pesada en la actualidad. Un estudio sobre pandillas en 1996 en San Luis estableció que el 81% de los miembros de una pandilla tenían un arma y que dos terceras partes de este grupo admitieron haberla usado al menos una vez. Por lo tanto, la presencia de las pandillas juveniles y su asociación con las armas puede dar como resultado formas más letales de violencia entre los jóvenes.


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